Un punto de vista sobre la primera crisis del Tercer Milenio.


jueves, 6 de marzo de 2008

La crisis en la construcción de viviendas generará 1,14 millones de parados en 2008

La crisis inmobiliaria que sufre nuestro país va a pulverizar todas las estadísticas de desempleo conocidas en los últimos años. Según los últimos datos que manejan las principales promotoras inmobiliarias, que componen el denominado G-14, este año se van a iniciar un 72% menos de viviendas que en 2007, lo que supondrá construir sólo 192.878 viviendas nuevas, frente a las 688.851 del año pasado.
El Gobierno, y principalmente el Ministerio de Vivienda, maneja la cifra de 2,3 empleos perdidos por cada vivienda que se deje de construir. Esto, aplicado a las cantidades indicadas anteriormente, significa que se dejarán de construir 495.972 viviendas, por lo que se destruirán 1,14 millones de empleos.
Y estas cifras de paro se refieren exclusivamente a la construcción, sin tener en cuenta el resto de las empresas que viven a su alrededor, suministradoras de materiales, muebles y electrodomésticos, entre otras. Además de la repercusión sobre la reducción en el consumo de ese millón largo de parados.
Las cifras van engordando
En la crisis inmobiliaria española está ocurriendo algo parecido a lo que ha pasado en la de las hipotecas de alto riesgo («subprime») de Estados Unidos, que las cifras van engordando por momentos.
En los primeros días de enero, el secretario general del G-14, Pedro Pérez, estimaba que el empleo que no se creará este año por el parón inmobiliario estaría en torno a 250.000 puestos de trabajo. Ya entonces adelantaba que las ventas habían caído un 30% y el número de viviendas iniciadas había bajado un 40%. Ahora ese 40% se ha elevado al 72% ya mencionado.
Asimismo, el Gobierno informaba el pasado 15 de enero, que este año podrían construirse unas 150.000 viviendas menos que en 2007, con lo que se destruirían unos 300.000 empleos, pero precisaba que se compensarían con la subida del empleo en industria y turismo. Sin embargo, en los últimos datos dados a conocer el pasado martes por el Ministerio de Trabajo sobre el desempleo no se ve esa compensación, puesto que se han perdido puestos de trabajo en todos los sectores.
José Manuel Galindo, presidente de Asprima, la patronal de los promotores madrileños, manifestaba a ABC el 14 de febrero pasado que los puestos de trabajo que se iban a destruir este año y el que viene alcanzarían los 400.000.
El panorama destructor que vaticinaba le llevaba casi a solicitar que se declarara al sector inmobiliario como zona catastrófica. Por ese motivo reclamaba al Gobierno que inyectara dinero del superávit presupuestario a este sector clave en la reactivación de la economía, por la cantidad de industria que arrastra a su alrededor. La participación del sector de la construcción en el empleo ha sido de un 18,5% en el periodo 2000-2006. Galindo advertía al Ejecutivo que la implementación de las infraestructuras no va a paliar la pérdida de empleo que se va a producir por el drástico descenso en la construcción de viviendas, ya que aquella faceta crea muchos menos puestos de trabajo.
El presidente del G-14, Fernando Martín, señalaba el pasado 8 de febrero que la previsión para 2008 es que no se inicien más de 250.000 viviendas. Con lo cual se dejarían de construir 438.851 y, por tanto, se destruirían un millón de empleos.
El último gran aviso lo volvió a dar el presidente de Asprima el pasado martes, que igual que ha ocurrido con el G-14, según ha tenido datos más actualizados sobre el frenazo de la construcción de viviendas, ha ido aumentando la cifra de parados que a su juicio se va a generar. José Manuel Galindo ya hablaba de hasta 700.000 puestos de trabajo menos.
Las primeras consecuencias ya se están produciendo en el seno de las propias promotoras, con Colonial a la cabeza debatiéndose entre la vida y la muerte. Además, una de cada tres agencias inmobiliarias corren el peligro de cerrar si no se reactiva el sector. La banca ha cerrado el grifo crediticio a las inmobiliarias de forma indiscriminada, sin tener en cuenta su solvencia. La refinanciación de la deuda de estas empresas también está cerrada a cal y canto, y las ayudas solicitadas por el sector al Gobierno sólo han tenido, hasta ahora, la respuesta del vicepresidente económico, Pedro Solbes, quien hace un mes se mostraba en total desacuerdo con darles ayudas «cuando las cosas les van mal», y ahora que ve que la situación empieza a ser muy preocupante se mueve en la misma línea de compensar el paro a través de la industria y en promover más viviendas de protección oficial.
Peticiones de las inmobiliarias
Mientras, las inmobiliarias reclaman que se les vuelva a abrir el grifo de los créditos, que se les permita aplazar la deuda, que haya más suelo y a mejores precios y que se acorten los plazos para obtener licencias. De lo contrario, el sector se irá a pique y con él, el motor de la economía española. Además indican que los municipios tendrán que revisar sus fuentes de ingresos para poder sobrevivir.


Fuente: ABC



http://www.inversionarium.com

1 comentario:

Álvaro Domínguez dijo...

Deberíamos hacer una valoración al último párrafo especialmente y valorar si una de las medidas más urgentes que el gobierno debería tomar es la de modificar la medieval ley de calificación de suelos. Porque realmente el suelo es la materia prima de cualquier construcción y con pruebas más que suficientes esta materia prima se ve cargada de ´"tasas o impuestos" de calificación que el promotor o constructor tiene que pagar para echar a andar su proyecto.
Francamente es un artículo muy bien planteado que invita a la reflexión.

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