Un punto de vista sobre la primera crisis del Tercer Milenio.


jueves, 6 de marzo de 2008

¿Qué espera un franquiciado de un franquiciador?

1) Un modelo de negocio que ha probado su funcionamientoEn efecto, El franquiciado es un empresario, pero menos. Así es, en cierto modo. El franquiciado es un inversor que arriesga su capital. Pero desea arriesgarlo con un grado de seguridad superior al de otro tipo de empresarios. Espera encontrar (y que así se le demuestre) un modelo de negocio de probado éxito. No desea arriesgar en iniciativas propias. Invierte en iniciativas que otros han demostrado que funcionan. Además, desea saber con exactitud qué, cómo y cuándo, le va a suponer su inversión.
Ante esta demanda, el franquiciador ha de preparar suficiente y exhaustiva documentación que acredite que el modelo de negocio funciona y ha sido probado en la práctica. Ha de disponer de un Plan de Negocio personalizado para cada franquiciado en el que quede claro qué, cómo y cuándo ha de invertir.
2) FormaciónHabitualmente, el franquiciado está dispuesto a invertir en un sector del que desconoce todo. Así mismo, se da el caso en muchas ocasiones, en las que el nuevo franquiciado no tiene ninguna preparación previa como empresario o gestor. Por esto, una de las demandas más importantes (y una de las que más seguridad le otorga) es la capacidad y disposición para la formación por parte del franquiciador. Éste ha de asegurarse de que cuenta con sistemas que permitan convertir al nuevo franquiciado en un experto en el sector en cuestión y, además, de que conoce todos los elementos necesarios para gestionar y dirigir con éxito su nuevo negocio.
Esta formación en la gestión se realiza, habitualmente, a través de extensos y completos manuales de procedimientos y protocolos, en los cuales se detallan minuciosamente todos los elementos de la gestión, por pequeños que sean, del nuevo negocio en franquicia.
3) Estrategias definidasEl nuevo franquiciado no desea aventuras. Si deseara aventuras se embarcaría en las propias. Quiere saber con exactitud adónde va y cómo llegará. Quiere conocer cada detalle de cómo será su recorrido por el mundo empresarial. Quiere conocer qué estrategia va a seguir la empresa matriz y en qué sentido y aspectos le afectará. En definitiva, no quiere dudas en el franquiciador. Espera de él que le explique con detalle cuál es la estrategia global y particular de la firma.
4) RentabilidadEl franquiciado invierte, sobre todo, con un fin: obtener rentabilidad de su inversión. Para ello, espera del franquiciador que le entregue, y demuestre en la medida de lo posible, un Plan de Negocio en el que se detalle qué rentabilidad va a obtener a su inversión, cuándo y cómo. Además, en la mayor parte de los casos, deseará que se le demuestre que, en otras experiencias, las previsiones se han cumplido con claridad.
5) Posibilidades de crecimientoEn muchos casos, el franquiciado, especialmente si su perfil se aproxima más al del emprendedor que al del inversor, pretenderá que se le demuestre que, incorporándose a la insignia, tiene posibilidades de crecer y expandirse. Es decir, necesitará que se le demuestre que su vinculación a la compañía le ofrece posibilidades de desarrollarse profesionalmente y de hacer valer sus habilidades. En esto, el conocimiento claro y preciso de la cultura empresarial de la firma será de vital importancia.
6) ConsideraciónLos franquiciados son, sobre todo, personas. Y en la mayor parte de los casos, esperan que se les trate con deferencia. No sólo van a invertir su dinero, sino su futuro y su tiempo. Así, esperan consideración por sus esfuerzos, pero sobre todo por sus ideas y opiniones. Siempre les resultará más atractivo incorporarse a una organización participativa, que a una jerárquica e impositiva. La comunicación, nuevamente, se torna una herramienta de gestión fundamental.
7) ApoyoPor último, y por encima de todo, el emprendedor o el inversor que deciden incorporarse a una franquicia buscan apoyo, es decir, no sentirse solos. Desean y esperan una organización que les apoye en todos los momentos de su gestión, organización, iniciativa y, especialmente, en los momentos de dudas o incertidumbre. Si el franquiciador incorpora a su modelo de negocio la estructuración de los canales de comunicación y apoyo, el valor de la franquicia se incrementará notablemente.


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La imagen del día

El temporal que ha azotado esta semana parte de la península nos deja una gran imagen de un paseo en San Sebastián ayer mismo.


La crisis en la construcción de viviendas generará 1,14 millones de parados en 2008

La crisis inmobiliaria que sufre nuestro país va a pulverizar todas las estadísticas de desempleo conocidas en los últimos años. Según los últimos datos que manejan las principales promotoras inmobiliarias, que componen el denominado G-14, este año se van a iniciar un 72% menos de viviendas que en 2007, lo que supondrá construir sólo 192.878 viviendas nuevas, frente a las 688.851 del año pasado.
El Gobierno, y principalmente el Ministerio de Vivienda, maneja la cifra de 2,3 empleos perdidos por cada vivienda que se deje de construir. Esto, aplicado a las cantidades indicadas anteriormente, significa que se dejarán de construir 495.972 viviendas, por lo que se destruirán 1,14 millones de empleos.
Y estas cifras de paro se refieren exclusivamente a la construcción, sin tener en cuenta el resto de las empresas que viven a su alrededor, suministradoras de materiales, muebles y electrodomésticos, entre otras. Además de la repercusión sobre la reducción en el consumo de ese millón largo de parados.
Las cifras van engordando
En la crisis inmobiliaria española está ocurriendo algo parecido a lo que ha pasado en la de las hipotecas de alto riesgo («subprime») de Estados Unidos, que las cifras van engordando por momentos.
En los primeros días de enero, el secretario general del G-14, Pedro Pérez, estimaba que el empleo que no se creará este año por el parón inmobiliario estaría en torno a 250.000 puestos de trabajo. Ya entonces adelantaba que las ventas habían caído un 30% y el número de viviendas iniciadas había bajado un 40%. Ahora ese 40% se ha elevado al 72% ya mencionado.
Asimismo, el Gobierno informaba el pasado 15 de enero, que este año podrían construirse unas 150.000 viviendas menos que en 2007, con lo que se destruirían unos 300.000 empleos, pero precisaba que se compensarían con la subida del empleo en industria y turismo. Sin embargo, en los últimos datos dados a conocer el pasado martes por el Ministerio de Trabajo sobre el desempleo no se ve esa compensación, puesto que se han perdido puestos de trabajo en todos los sectores.
José Manuel Galindo, presidente de Asprima, la patronal de los promotores madrileños, manifestaba a ABC el 14 de febrero pasado que los puestos de trabajo que se iban a destruir este año y el que viene alcanzarían los 400.000.
El panorama destructor que vaticinaba le llevaba casi a solicitar que se declarara al sector inmobiliario como zona catastrófica. Por ese motivo reclamaba al Gobierno que inyectara dinero del superávit presupuestario a este sector clave en la reactivación de la economía, por la cantidad de industria que arrastra a su alrededor. La participación del sector de la construcción en el empleo ha sido de un 18,5% en el periodo 2000-2006. Galindo advertía al Ejecutivo que la implementación de las infraestructuras no va a paliar la pérdida de empleo que se va a producir por el drástico descenso en la construcción de viviendas, ya que aquella faceta crea muchos menos puestos de trabajo.
El presidente del G-14, Fernando Martín, señalaba el pasado 8 de febrero que la previsión para 2008 es que no se inicien más de 250.000 viviendas. Con lo cual se dejarían de construir 438.851 y, por tanto, se destruirían un millón de empleos.
El último gran aviso lo volvió a dar el presidente de Asprima el pasado martes, que igual que ha ocurrido con el G-14, según ha tenido datos más actualizados sobre el frenazo de la construcción de viviendas, ha ido aumentando la cifra de parados que a su juicio se va a generar. José Manuel Galindo ya hablaba de hasta 700.000 puestos de trabajo menos.
Las primeras consecuencias ya se están produciendo en el seno de las propias promotoras, con Colonial a la cabeza debatiéndose entre la vida y la muerte. Además, una de cada tres agencias inmobiliarias corren el peligro de cerrar si no se reactiva el sector. La banca ha cerrado el grifo crediticio a las inmobiliarias de forma indiscriminada, sin tener en cuenta su solvencia. La refinanciación de la deuda de estas empresas también está cerrada a cal y canto, y las ayudas solicitadas por el sector al Gobierno sólo han tenido, hasta ahora, la respuesta del vicepresidente económico, Pedro Solbes, quien hace un mes se mostraba en total desacuerdo con darles ayudas «cuando las cosas les van mal», y ahora que ve que la situación empieza a ser muy preocupante se mueve en la misma línea de compensar el paro a través de la industria y en promover más viviendas de protección oficial.
Peticiones de las inmobiliarias
Mientras, las inmobiliarias reclaman que se les vuelva a abrir el grifo de los créditos, que se les permita aplazar la deuda, que haya más suelo y a mejores precios y que se acorten los plazos para obtener licencias. De lo contrario, el sector se irá a pique y con él, el motor de la economía española. Además indican que los municipios tendrán que revisar sus fuentes de ingresos para poder sobrevivir.


Fuente: ABC



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